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El periodo estival es la estación más exigente para los edificios. Una temperatura muy baja, junto al fuerte viento, acompañado de lluvias y nieve, pone el peligro la carpintería, en muchos hogares. Por ello, merece la pena proteger las ventanas con antelación. Una ventana correctamente preparada para el invierno limitará las pérdidas de calor, reduciendo los costes de calefacción y disfrutará de una vida útil más larga. En caso contrario, una ventana que no resulta estanca, dejará escapar hasta 25% de energía calorífica del hogar.

Empieza por lavar la ventana

Las tareas de mantenimiento de la ventana deben empezar por los más sencillo, la limpieza. La limpieza de la ventana antes del invierno resulta especialmente relevante, porque la suciedad acumulada sirve de hábitat para los microorganismos, que gradualmente destruyen la capa protectora del marco. Estos microorganismos abren poros microscópicos en la superficie del marco, permitiendo que la suciedad penetre en profundidad.

Es importante utilizar un producto de limpieza adecuado. Para las ventanas PVC, utilizaremos un producto que no contiene fuertes agentes químicos, disolventes y partículas abrasivas. Un producto inadecuado puede dañar el perfil mecánicamente o causar decoloración. Una solución segura es el uso de un producto de marca o una mezcla de lavavajillas con agua. Para lavar la ventana, utilizar una reducida cantidad de sustancia limpiadora y un paño suave, sin costuras.

Los productos de limpieza concentrados o grasos pueden dañar las juntas, fabricadas con caucho artificial EPDM. Por ello, para lavar la juntas, utilizar lavavajillas. Al limpiar el vidrio, no aplicar cantidad excesiva de producto limpiador. Recoger los restos del líquido con limpiacristales de goma, preferentemente eliminar los restos con agua limpia.

Comprobar estado y funcionamiento de herrajes

Una vez limpiadas las ventanas, podemos comprobar su estado técnico. Para empezar, hay que controlar el funcionamiento correcto de todos los elementos móviles y herrajes. Si constatamos que la ventana se abre o cierra con dificultad o bien, no es estanca, apretar los tornillos fijadores o reemplazar los elementos defectuosos.

La fuerza de apriete de hoja al marco se comprueba fácilmente. Basta con introducir una hoja de papel entre el marco y hoja de ventana. Si el papel se desplaza libremente, con ventana cerrada, significa que hay que reajustar los herrajes. Los herrajes modernos montados en perímetro, cuentan con cierto margen de ajuste de fuerza de apriete de la hoja al marco. Ajustar la fuerza de apriete, en función de la estación del año. Así, evitaremos que la ventana no garantiza aislamiento suficiente en invierno y no deja pasar el aire en verano.

Además, una vez al año, lubricar los herrajes con vaselina técnica, para que funcionen correctamente.

Prestar atención a las juntas

Otro elemento de la ventana, que debe ser comprobado, son las juntas, porque resultan más expuestas a los factores atmosféricos, especialmente, en parte baja del marco. Las juntas que mantienen sus propiedades, son flexibles, vuelven rápidamente a su estado inicial, después de cada deformación y mantienen su resistencia a bajas temperaturas. Para mantener su propiedades, aplicar lubricante de silicona o vaselina técnica. El lubricante con caucho añadido protegerá las juntas frente a temperaturas bajo cero y la humedad, creando una capa protectora. Si las juntas están deformadas, porosas o bien, están rotas, debemos reemplazarlas por nuevas. No podemos pegar las juntas, a temperatura bajo cero.

Disfruta de tu ventana, durante muchos años

Siguiendo estas recomendaciones, podemos estar tranquilos, porque nuestras ventanas cumplirán su función básica, durante el invierno – contendrán el calor dentro del hogar. Además, el mantenimiento regular de las ventanas prolongará su vida útil, conservando su buen estado técnico.